miércoles, 28 de marzo de 2007

Antioxidantes que proceden de vegetales de hoja verde previenen las cataratas con una eficacia 10 veces mayor a la vitamina E

Los antioxidantes luteina y zeaxantina que se encuentran en las hojas verdes oscuras de los vegetales pueden ayudar a prevenir las cataratas con una eficacia diez veces superior a la de la vitamina E, según un estudio de la Universidad de Ohio (Estados Unidos) que se publica en Journal of Nutrition. Según los científicos los fabricantes de vitaminas con frecuencia añaden los antioxidantes luteina y zeaxantina a sus productos pero hasta ahora no existía evidencia bioquímica que apoyara la reivindicación de que estas sustancias ayudaban a proteger los ojos. Los resultados de los experimentos de laboratorio en células procedentes de cristalinos humanos muestran que la luteina y la zeaxantina antioxidantes que se encuentran en plantas como la col las espinacas y los repollos verdes ayudan a proteger las células de la exposición a la luz ultravioleta una de las causas que conducen a la formación de cataratas. Los investigadores compararon los efectos de estas vitaminas con los de la vitamina E también conocida por reducir el inicio de enfermedades oculares. Los resultados mostraron que la luteina y la zeaxantina son diez veces más potentes que la vitamina E para proteger a las células oculares del daño que provocan los rayos ultravioleta. En sus experimentos los científicos trataron células oculares humanas con distintas concentraciones de luteina zeaxantina y vitamina E para después exponerlas junto a células no tratadas a dosis de radiación ultravioleta durante 10 segundos. Los rayos ultravioleta son considerados por los expertos la primera causa ambiental responsable del cáncer de piel y del principio de cataratas. Los investigadores expusieron a las células a una cantidad de rayos ultravioletas similar a la que reciben las personas que toman un baño de sol suave. El estudio revela que añadir luteina y zeaxantina a las células cultivadas proporciona una doble protección contra los rayos ultravioletas. Estos antioxidantes reducen los daños entre un 50 y un 60 por ciento mientras que la vitamina E reduce los mismos signos entre un 25 y un 32 por ciento. Los científicos saben que estos antioxidantes se acumulan en la retina y en el cristalino pero aún desconocen cómo llegan hasta el ojo. Estos componentes viajan a través del flujo sanguíneo pero los expertos señalan que los cristalinos no reciben riego sanguíneo.

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